Corría
presurosa la agitada y revolucionaria década del ´60.
El Atletismo Argentino vivía uno de sus últimos momentos de gloria, en los que disputábamos "mano a mano" la supremacía Sudamericana al incipiente deporte brasilero.
Por ese entonces, eran muchas y muy fuertes la instituciones en las que el deporte madre, cimentaba sus raíces.
Por nombrar solo a algunas, recuerdo al viejo atletismo de San Lorenzo de Almagro, que de la mano de Don Pancho Mura arrasó con las coronas nacionales por décadas, desde los 40.
Pero no solo en la institución de Boedo se practicaba el atletismo.
Gimnasia y Esgrima y su pista de la Sección Jorge Newbery eran escenario de duelos deportivos memorables, en las que en el fuerte equipo local y con el Profesor Rodolfo Benítez a la cabeza, se lucían nombres que hicieron grande a nuestra historia.
El Club Argentino de Atletismo, Velocidad y Resistencia, la Unión Deportiva Argentina, Sudamérica, River Plate, Boca Juniors, Talleres de Remedios de Escalada, las Sociedades Alemanas, Comunicaciones, Independiente o Racing y más para acá en el tiempo el Instituto Luz y Fuerza, la Agrupación Aconcagua o el recordado Olimpia, fueron no solamente escuela de formidables deportistas, sino que formaron innumerables hombres y mujeres de bien.
Por ese tiempo, era frecuente que en los diarios y revistas aparecieran crónicas de los torneos, en los que nombres como los de Osvaldo Suárez, Domingo Amaison, Gerardo Bonhoff, las Ingeborg Mello y Pfuller, Iris Fernández, los hermanos Dyrzka o el "pelusa" Calonge ocupaban espacios centrales y destacados.
Hacer un listado completo sería imposible y con seguridad, nos olvidaríamos de algunos.
Este esplendor deportivo tuvo un punto máximo y hasta el momento final, cuando en octubre de 1967, en la Pista del Parque Chacabuco, nuestro país quedaba segundo de Brasil en el medallero general y de las mujeres, pero logrando POR ULTIMA VEZ EN LA HISTORIA, EL PRIMER LUGAR EN EL CAMPEONATO SUDAMERICANO MASCULINO.
Además de varios de los ya mencionados, fueron figuras consulares de ese Sudamericano, deportistas de la talla de Alicia Enríquez en los 800 metros, Juan Carlos Kerwitz en el decathlon, el "nene" Di Cursi en bala, Ricardo Heber en Jabalina o el fondista Luis Altamirano en el maratón.
Para muchos de ellos, la cita del Parque Chacabuco marcaría el final de sus carreras en el deporte activo porque, por ese entonces, no teníamos en el país, un lugar o institución que agrupara a quienes, jóvenes aún, ya no lo eran tanto para la alta competencia.
A diferencia de lo que pasaba en las pistas, el atletismo de calle ya contemplaba y clasificaba por separado a los "veteranos mayores de 40" quienes, a falta de una normativa unificadora, debían acomodarse a los intereses y necesidades de quienes organizaban las carreras.
Ante esa realidad, un grupo de atletas (al principio solo corredores de fondo) decide organizarse y elaborar algún tipo de reglamento u entidad que los proteja y cobije.
Entre esos pro-hombres fundacionales, no debemos olvidar a Domingo Amaison, Miguel de la Calle, Carlos Sosa, Porcel de Peralta, Manolo Rivera, don Juan Carsoglio o Guillermo San Miguel, quienes deciden fundar un círculo para poder seguir "despuntando el vicio".
Varios de ellos integraron la inicial Comisión Directiva que con la presidencia de don Miguel de la Calle, comenzó a funcionar. Al principio muy tímidamente y solamente en pruebas de calle pero el 9 de julio de 1969 hacen los veteranos su debut histórico en un torneo de pista y campo exclusivo para ellos que, como no podía ser de otra manera, tuvo su escenario en el Parque Chacabuco.
No quedan documentos testimoniales escritos de la totalidad del torneo, pero si algunos recortes gráficos (en esa época hasta los veteranos salíamos en las secciones deportivas de los diarios) y la memoria de quienes tuvimos el privilegio de asistir a ese momento histórico para el "deporte de los grandes"
En ese primer torneo, se dio una puja "feroz" entre Antonio Martín ex campeón nacional de 800 metros en la década del 40, quien le gana la final de los 100 metros llanos de la categoría 45 años, a otro destacado deportista, en este caso, el representante de Boca Juniors Jacinto Esteban. Su marca: 12.5
También en ese torneo fundacional se concretan las participaciones destacadas de otros muchos que se sumaron a la fiesta como Carlos Estevez lanzador del Club Sudamérica, Carlos Sosa de la Juventud Atlética de Morón o Juan Carsoglio de Talleres de Remedios de Escalada.
Incluso ese primer torneo contó con la participación de una amplia gama de "personajes" como Pascual Terrulli, quien manejaba la vecina "Calesita de Tatin", el canillita Miguel Panariello o el jugador de paleta Antonio Hegert.
La fiscalización de ese torneo estuvo a cargo de los jueces de la Federación Atlética Metropolitana, muchos de ellos pertenecientes al Instituto Luz y Fuerza entre los que destacamos a José Crudo, Víctor Ramón, Ramón Rodiles, Pedro Delesma y Alberto Cavanna.
Los años posteriores encuentran al CADAV organizando infinidad de carreras de calle en distintas localidades de Capital y el Gran Buenos Aires. y algunos pocos torneos de pista, que se realizaban en las pistas de los Parques Avellaneda, Lomas de Zamora o el mencionado Chacabuco.
En ese entonces, para 1975, el número de socios alcanzaba las 100 personas.
Para finales de los 70, una iniciativa de Domingo Amaisón da un nuevo impulso a la Entidad: Organizar un Encuentro Internacional de Atletismo para Veteranos
Es así que el 15 de diciembre de 1979, el entonces presidente del CADAV, Don Miguel De Lacalle declara inaugurado el 1er Torneo Atlético Internacional "Ciudad de Buenos Aires", en la vieja pista del Club de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires.
Para esa oportunidad la delegación de Argentina se conformó con los atletas representantes de Buenos Aires, que venían actuando en los torneos del CADAV, a los que se sumaron otros, procedentes de Santa Fe, Córdoba, Tucumán y otros puntos del país.
Ese fue el primer Campeonato Internacional realizado en Sudamérica, al que asistieron importantes delegaciones de Chile, Brasil y Uruguay y otras menores de varios países vecinos más.
El éxito de ese encuentro fue de tal magnitud, que sirvió de semilla para la organización de los Círculos Nacionales en los países visitantes, al tiempo que dio el puntapié inicial al proceso de federalización del atletismo veterano en nuestro país.
El Torneo Internacional "Ciudad de Buenos Aires" siguió disputándose por casi una decena de años más, hasta que fue gradualmente reemplazado por los Campeonatos Sudamericanos de Pista, ya con la organización de la Asociación Sudamericana y en sedes rotativas cada dos años.
En la década de los 80, el Circulo alcanza los 400 socios de todo el país y era la única institución con Personería Jurídica Oficial, por lo que, además, tenia la representación nacional, ante los organismos internacionales.
En 1983, en la Ciudad de Buenos y con motivo de la realización del Torneo Internacional, se funda la Asociación Sudamericana de Atletas Veteranos (ASUDAVE) cuya presidencia, dado el alto nivel organizativo y la fuerte influencia en su creación, fue otorgada a Miguel de Lacalle, presidente del CADAV.
En esa oportunidad se otorga a Santiago de Chile la sede del 1er Campeonato Sudamericano, cosa que se concreta en 1984.
En 1985 se disputa en la pista del Parque Dominico, el 1er Torneo "José Crudo", toda una novedad en ese entonces, ya que propuso por 1era vez en Sudamérica, una competición exclusiva en Pruebas Combinadas.
A lo largo de sus 25 ediciones ininterrumpidas, detentó el rango de Campeonato Metropolitano, Nacional e incluso Sudamericano (en 2005), convirtiéndose en un clásico del deporte para veteranos.
La pista sintética de Buenos Aires, en ese entonces denominada CEDENA (actual CeNARD) fue sede, en 1986, del 2do Campeonato Sudamericano que, con la dirección de Ricardo Crudo y la participación de los equipos nacionales de todo el continente reúne cerca de 700 atletas: La mayor cantidad de deportistas veteranos convocados hasta ese momento.
La presidencia de CADAV era función de otro destacado dirigente: Hugo Kulzer.
Mientras tanto, en el interior del país ya eran varios los Círculos y Asociaciones regionales que comenzaron a organizarse.
Así es como aparecen en escena entre otros, el Circulo Marplatense, el Rosarino, el Santafesino, el Mendocino y el Bahiense.
Y aunque CADAV mantenía el liderazgo y la representación a nivel internacional, es por iniciativa de sus integrantes que se convoca a todos las agrupaciones existentes, a formar la Confederación Argentina de Atletas Veteranos.
Luego de numerosas reuniones, se decide convocar a un Congreso Constituyente en la Ciudad de Mendoza donde, en noviembre de 1988, por primera vez en la historia, se disputa un Campeonato Nacional en el que los atletas participan representando a sus respectivas Asociaciones.
En la reunión de Mendoza, las autoridades del CADAV presentan un borrador de Estatutos Sociales para la Confederación Argentina de Atletas Veteranos que, entre otras cosas, propone el reconocimiento oficial de las Entidades de Atletismo Veterano de todo el país y una organización social federal, cediendo a la CAVRA el derecho de representación internacional, con la sola condición que se respete la denominación de Circulo Argentino de Atletas Veteranos, para la institución "madre" del atletismo veterano del país y Sudamérica.
Con algunas pequeñas modificaciones de forma, se aprueban esos Estatutos y, el 9 de septiembre de 1989, y con sede en la Capital Federal, queda formalmente creada la CAVRA y, al igual que lo acontecido con motivo de la creación de la ASUDAVE, reconociendo el trabajo, experiencia y sentido federal expresado por sus dirigentes, se elige como primer Presidente a Hugo Kulzer, quien también lo era del CADAV.
Ante la imposibilidad de ejercer en simultáneo ambos cargos, asume la presidencia de CADAV la señora Nélida Cajide.
Este proceso de federalización trajo aparejada una pérdida de caudal societario, pues muchos socios del CADAV, pasaron a serlo de las Asociaciones Regionales que se reconocieron y/o que posteriormente se crearon.
Pero superado ese bajón inicial de principios de los 90 y con nuevos bríos institucionales, CADAV comienza una nueva etapa de trabajo y crecimiento.
Si bien muchos nuevos dirigentes se van incorporando al trabajo institucional la labor de muchos "históricos" debe destacarse.
Dante Gallo, Hugo Cannonero, Elvira Juárez, Adolfo y Zulema Soto, Alberto Ríos, Rogelia Pussetto, Abraham Weber, Lidia Fulgencio, Hilde y Frankie Engels, Carlos Moskos, Hugo Signorini, César Cabrera o Esteban Tellado son solo algunos de los muchos que trabajaron para el engrandecimiento de CADAV y sus actividades.
Para ese entonces la presidencia del CADAV estaba en manos de Eduardo Bouzada quien, junto a su Comisión Directiva debe enfrentar un problema mayúsculo.
Es que tradicional e históricamente y hasta principio de los 80, la sede del CADAV era itinerante… el domicilio del presidente de turno era "sede del gobierno".
El crecimiento institucional hizo que se solicitara a la Federación Atlética Metropolitana, la sesión de una habitación donde llevar a cabo las reuniones y anualmente las Asambleas.
El acuerdo preveía que CADAV colaboraría monetariamente con el pago del teléfono y la luz.
Luego de varios años en los que todo funcionó, desavenencias económicas entre la Comisión Directiva de la FAM y las nuestras del CADAV, hicieron que de pronto, no quedásemos sin sede.
Técnicamente era imposible el funcionamiento en un domicilio particular, por lo que se asume el compromiso ante los socios y se solicita su mayor colaboración para lograr la concreción de un sueño casi utópico: COMPRAR UNA SEDE PROPIA.
Todos los materiales, archivos y sueños de CADAV son trasladados a la casa de la señora Emilia, viuda de José Crudo y madre del redactor de estas líneas, quien ofrece sin cargo alguno, 2 grandes habitaciones en el barrio de Villa Lugano donde, por más de 3 años pudo CADAV funcionar y recomponerse.
En ese lugar y para "juntar fondos pro-sede" se realizaron actividades quincenales de todo tipo: Bingos, comidas a beneficio, ferias del plato y hasta creo recordar que hasta algún bailongo…
También allí se realizaban las reuniones, asambleas y demás acciones institucionales.
Y el arduo trabajo dio sus frutos.
Para principios de los 90, se pudo comprar, con fondos genuinos y sin endeudamiento, un local en la Avenida Donato Álvarez al 1201, en Caballito, que debió ser remodelado y adaptado para poder ser utilizado como sede social.
Durante un buen tiempo se siguió usando la sede Villa Lugano y el trabajo personal de muchos colaboradores permitió habilitar Donato Álvarez.
El sueño estaba cumplido, pero CADAV debía seguir funcionando y creciendo.
A la presidencia de Bouzada le sigue la del destacado y recordado Alberto Ríos, quien junto a la nueva Comisión Directiva y para hacer frente a ese crecimiento sostenido, plantea, proyecta y concreta la mudanza de la sede desde Caballito, hasta el lugar donde actualmente sigue funcionando, en el tradicional barrio de Mataderos.
Esa concreción, fruto del trabajo y la dedicación, no es otra cosa que la clara demostración que, en el Círculo Argentino de Atletas Veteranos, la Institución está por encima de los nombres y las personas y que, aunque pueda discutirse por opiniones diferentes, TODOS LUCHAMOS POR UN CADAV MEJOR.
Mientras todo esto sucedía, en la Confederación Argentina de Atletas Veteranos (la CAVRA) también se verificaban aires de cambio y crecimiento que, no siempre, eran coincidentes con los deseos y experiencia de CADAV.
Sucesivas dirigencias en esa institución nacional fueron raleando la presencia de CADAV en la misma, y hasta en algún momento a principios del nuevo siglo, podemos decir que no había casi puntos de contacto.
Con la presidencia de Nelson Herrera, el Círculo intenta recuperar presencia en la CAVRA, pero con su trágica muerte las cosas volvieron a fojas cero.
El firmante de estas líneas asume la Presidencia de CADAV en su reemplazo, fijando, junto a su Comisión Directiva, una política de trabajo "para adentro".
Muchos de estos dirigentes ya venían de gestiones anteriores y otros se incorporaron al trabajo institucional. Raúl Aguilar, Eduardo Zelaya, Manuel Rocha, Dante Gallo, César Cabrera o Nélida Cajide, son solo algunos que comulgaban con esta forma de accionar.
Finalizados los dos mandatos, la continuidad institucional pasa a la Presidencia de Dante Gallo, quien venía trabajando en y para la Institución desde sus inicios.
Al día de hoy, podemos asegurar que CADAV es una entidad modelo.
El establecimiento de cronogramas previsibles de competencias anuales, la informatización de resultados, ranking y récords, el dictado de cursos de capacitación de jueces, sede social propia y exclusiva, la posesión de la totalidad del material necesario para la organización de torneos, desde los implementos a sistemas electrónicos de mediciones, computarización de planillas, la mayor base de datos estadísticos de todo América del Sur y el contar con un sinnúmero de elementos y recursos humanos propios, son hechos y elementos que así lo confirman.
Luego de Gallo, asume la presidencia institucional, Julio Martino quien, además de mantener la rica tradición e historia del Círculo, retoma el tema de la inclusión de CADAV en la Confederación Argentina, para lo cual concreta una serie de auditorias y reclamos judiciales que final y definitivamente le devuelven la merecida importancia desconocida durante años, al tiempo que promueven una renovación en la máxima entidad nacional del atletismo masters.
Elegido Presidente de la CAVRA, debe estatutariamente dejar su cargo en CADAV, que pasa a manos de otro histórico: Manuel Rocha.
Esta nueva gestión encuentra al CIRCULO ARGENTINO DE ATLETAS VETERANOS con un padrón histórico que, para fines de 2014 superan largamente los 3.000 socios, de los cuales alrededor de 500 son activos participantes de sus torneos y/o actividades sociales.
Esta es solo una parte de la historia. De nuestra historia.
Lo que sigue, está aún por escribirse y en CADAV así se hará
Lic Ricardo Crudo
CADAV | Federación Atlética Metropolitana | ASUDAVE | CAVRA |
El Atletismo Argentino vivía uno de sus últimos momentos de gloria, en los que disputábamos "mano a mano" la supremacía Sudamericana al incipiente deporte brasilero.
Por ese entonces, eran muchas y muy fuertes la instituciones en las que el deporte madre, cimentaba sus raíces.
Por nombrar solo a algunas, recuerdo al viejo atletismo de San Lorenzo de Almagro, que de la mano de Don Pancho Mura arrasó con las coronas nacionales por décadas, desde los 40.
Pero no solo en la institución de Boedo se practicaba el atletismo.
Gimnasia y Esgrima y su pista de la Sección Jorge Newbery eran escenario de duelos deportivos memorables, en las que en el fuerte equipo local y con el Profesor Rodolfo Benítez a la cabeza, se lucían nombres que hicieron grande a nuestra historia.
El Club Argentino de Atletismo, Velocidad y Resistencia, la Unión Deportiva Argentina, Sudamérica, River Plate, Boca Juniors, Talleres de Remedios de Escalada, las Sociedades Alemanas, Comunicaciones, Independiente o Racing y más para acá en el tiempo el Instituto Luz y Fuerza, la Agrupación Aconcagua o el recordado Olimpia, fueron no solamente escuela de formidables deportistas, sino que formaron innumerables hombres y mujeres de bien.
Por ese tiempo, era frecuente que en los diarios y revistas aparecieran crónicas de los torneos, en los que nombres como los de Osvaldo Suárez, Domingo Amaison, Gerardo Bonhoff, las Ingeborg Mello y Pfuller, Iris Fernández, los hermanos Dyrzka o el "pelusa" Calonge ocupaban espacios centrales y destacados.
Hacer un listado completo sería imposible y con seguridad, nos olvidaríamos de algunos.
Este esplendor deportivo tuvo un punto máximo y hasta el momento final, cuando en octubre de 1967, en la Pista del Parque Chacabuco, nuestro país quedaba segundo de Brasil en el medallero general y de las mujeres, pero logrando POR ULTIMA VEZ EN LA HISTORIA, EL PRIMER LUGAR EN EL CAMPEONATO SUDAMERICANO MASCULINO.
Además de varios de los ya mencionados, fueron figuras consulares de ese Sudamericano, deportistas de la talla de Alicia Enríquez en los 800 metros, Juan Carlos Kerwitz en el decathlon, el "nene" Di Cursi en bala, Ricardo Heber en Jabalina o el fondista Luis Altamirano en el maratón.
Para muchos de ellos, la cita del Parque Chacabuco marcaría el final de sus carreras en el deporte activo porque, por ese entonces, no teníamos en el país, un lugar o institución que agrupara a quienes, jóvenes aún, ya no lo eran tanto para la alta competencia.
A diferencia de lo que pasaba en las pistas, el atletismo de calle ya contemplaba y clasificaba por separado a los "veteranos mayores de 40" quienes, a falta de una normativa unificadora, debían acomodarse a los intereses y necesidades de quienes organizaban las carreras.
Ante esa realidad, un grupo de atletas (al principio solo corredores de fondo) decide organizarse y elaborar algún tipo de reglamento u entidad que los proteja y cobije.
Entre esos pro-hombres fundacionales, no debemos olvidar a Domingo Amaison, Miguel de la Calle, Carlos Sosa, Porcel de Peralta, Manolo Rivera, don Juan Carsoglio o Guillermo San Miguel, quienes deciden fundar un círculo para poder seguir "despuntando el vicio".
Varios de ellos integraron la inicial Comisión Directiva que con la presidencia de don Miguel de la Calle, comenzó a funcionar. Al principio muy tímidamente y solamente en pruebas de calle pero el 9 de julio de 1969 hacen los veteranos su debut histórico en un torneo de pista y campo exclusivo para ellos que, como no podía ser de otra manera, tuvo su escenario en el Parque Chacabuco.
No quedan documentos testimoniales escritos de la totalidad del torneo, pero si algunos recortes gráficos (en esa época hasta los veteranos salíamos en las secciones deportivas de los diarios) y la memoria de quienes tuvimos el privilegio de asistir a ese momento histórico para el "deporte de los grandes"
En ese primer torneo, se dio una puja "feroz" entre Antonio Martín ex campeón nacional de 800 metros en la década del 40, quien le gana la final de los 100 metros llanos de la categoría 45 años, a otro destacado deportista, en este caso, el representante de Boca Juniors Jacinto Esteban. Su marca: 12.5
También en ese torneo fundacional se concretan las participaciones destacadas de otros muchos que se sumaron a la fiesta como Carlos Estevez lanzador del Club Sudamérica, Carlos Sosa de la Juventud Atlética de Morón o Juan Carsoglio de Talleres de Remedios de Escalada.
Incluso ese primer torneo contó con la participación de una amplia gama de "personajes" como Pascual Terrulli, quien manejaba la vecina "Calesita de Tatin", el canillita Miguel Panariello o el jugador de paleta Antonio Hegert.
La fiscalización de ese torneo estuvo a cargo de los jueces de la Federación Atlética Metropolitana, muchos de ellos pertenecientes al Instituto Luz y Fuerza entre los que destacamos a José Crudo, Víctor Ramón, Ramón Rodiles, Pedro Delesma y Alberto Cavanna.
Los años posteriores encuentran al CADAV organizando infinidad de carreras de calle en distintas localidades de Capital y el Gran Buenos Aires. y algunos pocos torneos de pista, que se realizaban en las pistas de los Parques Avellaneda, Lomas de Zamora o el mencionado Chacabuco.
En ese entonces, para 1975, el número de socios alcanzaba las 100 personas.
Para finales de los 70, una iniciativa de Domingo Amaisón da un nuevo impulso a la Entidad: Organizar un Encuentro Internacional de Atletismo para Veteranos
Es así que el 15 de diciembre de 1979, el entonces presidente del CADAV, Don Miguel De Lacalle declara inaugurado el 1er Torneo Atlético Internacional "Ciudad de Buenos Aires", en la vieja pista del Club de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires.
Para esa oportunidad la delegación de Argentina se conformó con los atletas representantes de Buenos Aires, que venían actuando en los torneos del CADAV, a los que se sumaron otros, procedentes de Santa Fe, Córdoba, Tucumán y otros puntos del país.
Ese fue el primer Campeonato Internacional realizado en Sudamérica, al que asistieron importantes delegaciones de Chile, Brasil y Uruguay y otras menores de varios países vecinos más.
El éxito de ese encuentro fue de tal magnitud, que sirvió de semilla para la organización de los Círculos Nacionales en los países visitantes, al tiempo que dio el puntapié inicial al proceso de federalización del atletismo veterano en nuestro país.
El Torneo Internacional "Ciudad de Buenos Aires" siguió disputándose por casi una decena de años más, hasta que fue gradualmente reemplazado por los Campeonatos Sudamericanos de Pista, ya con la organización de la Asociación Sudamericana y en sedes rotativas cada dos años.
En la década de los 80, el Circulo alcanza los 400 socios de todo el país y era la única institución con Personería Jurídica Oficial, por lo que, además, tenia la representación nacional, ante los organismos internacionales.
En 1983, en la Ciudad de Buenos y con motivo de la realización del Torneo Internacional, se funda la Asociación Sudamericana de Atletas Veteranos (ASUDAVE) cuya presidencia, dado el alto nivel organizativo y la fuerte influencia en su creación, fue otorgada a Miguel de Lacalle, presidente del CADAV.
En esa oportunidad se otorga a Santiago de Chile la sede del 1er Campeonato Sudamericano, cosa que se concreta en 1984.
En 1985 se disputa en la pista del Parque Dominico, el 1er Torneo "José Crudo", toda una novedad en ese entonces, ya que propuso por 1era vez en Sudamérica, una competición exclusiva en Pruebas Combinadas.
A lo largo de sus 25 ediciones ininterrumpidas, detentó el rango de Campeonato Metropolitano, Nacional e incluso Sudamericano (en 2005), convirtiéndose en un clásico del deporte para veteranos.
La pista sintética de Buenos Aires, en ese entonces denominada CEDENA (actual CeNARD) fue sede, en 1986, del 2do Campeonato Sudamericano que, con la dirección de Ricardo Crudo y la participación de los equipos nacionales de todo el continente reúne cerca de 700 atletas: La mayor cantidad de deportistas veteranos convocados hasta ese momento.
La presidencia de CADAV era función de otro destacado dirigente: Hugo Kulzer.
Mientras tanto, en el interior del país ya eran varios los Círculos y Asociaciones regionales que comenzaron a organizarse.
Así es como aparecen en escena entre otros, el Circulo Marplatense, el Rosarino, el Santafesino, el Mendocino y el Bahiense.
Y aunque CADAV mantenía el liderazgo y la representación a nivel internacional, es por iniciativa de sus integrantes que se convoca a todos las agrupaciones existentes, a formar la Confederación Argentina de Atletas Veteranos.
Luego de numerosas reuniones, se decide convocar a un Congreso Constituyente en la Ciudad de Mendoza donde, en noviembre de 1988, por primera vez en la historia, se disputa un Campeonato Nacional en el que los atletas participan representando a sus respectivas Asociaciones.
En la reunión de Mendoza, las autoridades del CADAV presentan un borrador de Estatutos Sociales para la Confederación Argentina de Atletas Veteranos que, entre otras cosas, propone el reconocimiento oficial de las Entidades de Atletismo Veterano de todo el país y una organización social federal, cediendo a la CAVRA el derecho de representación internacional, con la sola condición que se respete la denominación de Circulo Argentino de Atletas Veteranos, para la institución "madre" del atletismo veterano del país y Sudamérica.
Con algunas pequeñas modificaciones de forma, se aprueban esos Estatutos y, el 9 de septiembre de 1989, y con sede en la Capital Federal, queda formalmente creada la CAVRA y, al igual que lo acontecido con motivo de la creación de la ASUDAVE, reconociendo el trabajo, experiencia y sentido federal expresado por sus dirigentes, se elige como primer Presidente a Hugo Kulzer, quien también lo era del CADAV.
Ante la imposibilidad de ejercer en simultáneo ambos cargos, asume la presidencia de CADAV la señora Nélida Cajide.
Este proceso de federalización trajo aparejada una pérdida de caudal societario, pues muchos socios del CADAV, pasaron a serlo de las Asociaciones Regionales que se reconocieron y/o que posteriormente se crearon.
Pero superado ese bajón inicial de principios de los 90 y con nuevos bríos institucionales, CADAV comienza una nueva etapa de trabajo y crecimiento.
Si bien muchos nuevos dirigentes se van incorporando al trabajo institucional la labor de muchos "históricos" debe destacarse.
Dante Gallo, Hugo Cannonero, Elvira Juárez, Adolfo y Zulema Soto, Alberto Ríos, Rogelia Pussetto, Abraham Weber, Lidia Fulgencio, Hilde y Frankie Engels, Carlos Moskos, Hugo Signorini, César Cabrera o Esteban Tellado son solo algunos de los muchos que trabajaron para el engrandecimiento de CADAV y sus actividades.
Para ese entonces la presidencia del CADAV estaba en manos de Eduardo Bouzada quien, junto a su Comisión Directiva debe enfrentar un problema mayúsculo.
Es que tradicional e históricamente y hasta principio de los 80, la sede del CADAV era itinerante… el domicilio del presidente de turno era "sede del gobierno".
El crecimiento institucional hizo que se solicitara a la Federación Atlética Metropolitana, la sesión de una habitación donde llevar a cabo las reuniones y anualmente las Asambleas.
El acuerdo preveía que CADAV colaboraría monetariamente con el pago del teléfono y la luz.
Luego de varios años en los que todo funcionó, desavenencias económicas entre la Comisión Directiva de la FAM y las nuestras del CADAV, hicieron que de pronto, no quedásemos sin sede.
Técnicamente era imposible el funcionamiento en un domicilio particular, por lo que se asume el compromiso ante los socios y se solicita su mayor colaboración para lograr la concreción de un sueño casi utópico: COMPRAR UNA SEDE PROPIA.
Todos los materiales, archivos y sueños de CADAV son trasladados a la casa de la señora Emilia, viuda de José Crudo y madre del redactor de estas líneas, quien ofrece sin cargo alguno, 2 grandes habitaciones en el barrio de Villa Lugano donde, por más de 3 años pudo CADAV funcionar y recomponerse.
En ese lugar y para "juntar fondos pro-sede" se realizaron actividades quincenales de todo tipo: Bingos, comidas a beneficio, ferias del plato y hasta creo recordar que hasta algún bailongo…
También allí se realizaban las reuniones, asambleas y demás acciones institucionales.
Y el arduo trabajo dio sus frutos.
Para principios de los 90, se pudo comprar, con fondos genuinos y sin endeudamiento, un local en la Avenida Donato Álvarez al 1201, en Caballito, que debió ser remodelado y adaptado para poder ser utilizado como sede social.
Durante un buen tiempo se siguió usando la sede Villa Lugano y el trabajo personal de muchos colaboradores permitió habilitar Donato Álvarez.
El sueño estaba cumplido, pero CADAV debía seguir funcionando y creciendo.
A la presidencia de Bouzada le sigue la del destacado y recordado Alberto Ríos, quien junto a la nueva Comisión Directiva y para hacer frente a ese crecimiento sostenido, plantea, proyecta y concreta la mudanza de la sede desde Caballito, hasta el lugar donde actualmente sigue funcionando, en el tradicional barrio de Mataderos.
Esa concreción, fruto del trabajo y la dedicación, no es otra cosa que la clara demostración que, en el Círculo Argentino de Atletas Veteranos, la Institución está por encima de los nombres y las personas y que, aunque pueda discutirse por opiniones diferentes, TODOS LUCHAMOS POR UN CADAV MEJOR.
Mientras todo esto sucedía, en la Confederación Argentina de Atletas Veteranos (la CAVRA) también se verificaban aires de cambio y crecimiento que, no siempre, eran coincidentes con los deseos y experiencia de CADAV.
Sucesivas dirigencias en esa institución nacional fueron raleando la presencia de CADAV en la misma, y hasta en algún momento a principios del nuevo siglo, podemos decir que no había casi puntos de contacto.
Con la presidencia de Nelson Herrera, el Círculo intenta recuperar presencia en la CAVRA, pero con su trágica muerte las cosas volvieron a fojas cero.
El firmante de estas líneas asume la Presidencia de CADAV en su reemplazo, fijando, junto a su Comisión Directiva, una política de trabajo "para adentro".
Muchos de estos dirigentes ya venían de gestiones anteriores y otros se incorporaron al trabajo institucional. Raúl Aguilar, Eduardo Zelaya, Manuel Rocha, Dante Gallo, César Cabrera o Nélida Cajide, son solo algunos que comulgaban con esta forma de accionar.
Finalizados los dos mandatos, la continuidad institucional pasa a la Presidencia de Dante Gallo, quien venía trabajando en y para la Institución desde sus inicios.
Al día de hoy, podemos asegurar que CADAV es una entidad modelo.
El establecimiento de cronogramas previsibles de competencias anuales, la informatización de resultados, ranking y récords, el dictado de cursos de capacitación de jueces, sede social propia y exclusiva, la posesión de la totalidad del material necesario para la organización de torneos, desde los implementos a sistemas electrónicos de mediciones, computarización de planillas, la mayor base de datos estadísticos de todo América del Sur y el contar con un sinnúmero de elementos y recursos humanos propios, son hechos y elementos que así lo confirman.
Luego de Gallo, asume la presidencia institucional, Julio Martino quien, además de mantener la rica tradición e historia del Círculo, retoma el tema de la inclusión de CADAV en la Confederación Argentina, para lo cual concreta una serie de auditorias y reclamos judiciales que final y definitivamente le devuelven la merecida importancia desconocida durante años, al tiempo que promueven una renovación en la máxima entidad nacional del atletismo masters.
Elegido Presidente de la CAVRA, debe estatutariamente dejar su cargo en CADAV, que pasa a manos de otro histórico: Manuel Rocha.
Esta nueva gestión encuentra al CIRCULO ARGENTINO DE ATLETAS VETERANOS con un padrón histórico que, para fines de 2014 superan largamente los 3.000 socios, de los cuales alrededor de 500 son activos participantes de sus torneos y/o actividades sociales.
Esta es solo una parte de la historia. De nuestra historia.
Lo que sigue, está aún por escribirse y en CADAV así se hará
Lic Ricardo Crudo
CADAV | Federación Atlética Metropolitana | ASUDAVE | CAVRA |
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